Cuando nos alimentamos siempre lo hacemos con la intención de obtener la energía necesaria para poder hacer frente a la actividad cotidiana. Por ello es importante que sepamos elegir los alimentos adecuados cargados de energía. A pesar de todo en infinidad de ocasiones echamos mano de alimentos que en vez de darnos energía nos la roban, es por ello que debemos mantenernos al tanto y evitarlos.
Muchos alimentos que nos encontramos a diario en nuestra dieta nos prometen energía rápida para poder hacer frente a la actividad cotidiana, pero realmente esto es un engaño, ya que nos ofrecen un aumento rápido de las reservas del organismo, pero solamente se trata de algo ficticio que no es real, pues es un tipo de energía que no nos sirve y nos da una falsa sensación de fuerza momentánea, cuando realmente nos vamos a quedar sin fuerza.
Por lo general este tipo de alimentos tienen un índice glucémico elevado, aportándonos altas dosis de glucosa que nos aumentan las reservas de energía, pero al igual que ésta aumenta de repente disminuye sin darnos cuenta y dejándonos sin energía en un momento. Este fenómeno se produce debido a que el aumento repentino de la glucosa hace que también crezca la adrenalina, hormona del estrés que hace que nos sintamos agotados y sin fuerzas para poder hacer frente a la rutina cotidiana.
Para saber a qué alimentos nos estamos refiriendo es importante que hagamos un repaso por algunos de ellos, ya que nos los presentan como energéticos cuando realmente no nos proporcionarán nada de combustible. Uno que no debemos pasar por alto son las carnes ricas en grasa, ya que la absorción de las grasas ralentiza la digestión y con ella el proceso de absorción de la energía. Siguiendo la estela de las grasas, las leches con grasa también son otro de los alimentos que nos restan energía en vez de darla como creen muchos.
Los alimentos elaborados con azúcares refinados, y por lo tanto con un alto aporte calórico también son ladrones de energía. Un claro ejemplo son dulces como las golosinas, la bollería industrial, la repostería… Todos ellos nos dan altas dosis de energía momentánea que sube y baja dejándonos sin fuerza de inmediato. Lo mismo sucede con los alimentos fritos al contener altas dosis de grasas que tienen un efecto contrario al que andamos buscando.
En contra de lo que muchos piensan, los edulcorantes, conservantes, colorantes… también tienen un efecto similar sobre el organismo, ya que acabarán por desencadenar una situación de estrés que se traducirá en cansancio general y falta de energía. Para evitarlo la mejor solución es recurrir a una alimentación sana y variada en la que las grasas ocupen un segundo plano al igual que los azúcares refinados que no nos aportan energía. Una opción es consumir cereales integrales, carnes magras, pescado, azúcar integral, fruta, verduras… que nos aportarán las dosis de energía necesarias para poder hacer frente a nuestra actividad sin llegar a sentirnos agotados.
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