
Un dato a tener en cuenta:
Cáncer y té verde son ya casi antónimos, pues los estudios que han probado la eficacia de esta infusión para combatir la enfermedad son múltiples y conforman una lista que mes a mes continúa creciendo.
Esta vez no nos pondremos fatalistas y no hablaremos del cáncer, sino que lo haremos de una vieja conocida por los sistemas inmunes de todos nosotros: la gripe. Y tampoco hablo del fatalismo de la Gripe A, sino que de la gripe a secas, la común que espera tras todas las esquinas en épocas frías.
La fuente es un estudio publicado en el Journal fo the American College of Nutrition, el cual investigó la incidencia del té verde en 118 adultos con buenos niveles de salud, divididos en dos grupos, a uno al que le fue suministrado placebos y a otro al que se le brindó dosis de té verde.
En contraste con el primero, el segundo grupo experimentó un 32% menos de riesgo de contraer gripe o presentar sus síntomas, y además un 22,9% menos de contraer otro tipo de enfermedades asociadas.
Nuevas evidencias para lo que ya es un clásico en medicina herbal contemporánea. Sin no fuera por el té verde…
Fuente: Otra medicina.
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